En este año, proponte la meta de dar a conocer diligentemente tu fe en Cristo a tus familiares y amigos cercanos del mismo modo que lo hizo Cornelio, entendiendo que divulgar este mensaje puede causarte sufrimiento y dolor o incluso costarte la vida como a Esteban (Hechos 7:54-60), pero que este mensaje es el poder de Dios para salvar y tu y yo como cristianos, tenemos la ardua tarea de predicarlo a tiempo y fuera de tiempo con paciencia y sana doctrina (2 Tim 4:1-2).