Meditación Bíblica para Números 3
Del mismo modo que Jehová había matado a Nadab y Abiú por ofrecer fuego extraño ante él, ahora encarga a los levitas, que son sus guardianes, que maten a cualquier forastero que intente entrar en el tabernáculo de Dios.
A la luz de esto, vemos una gloriosa ironía en el evangelio: En la cruz, Jehová trató a su Hijo perfecto e inmaculadamente justo como al último extraño, golpeándolo con la plenitud de su furiosa ira contra nuestro pecado, para que pudiéramos acercarnos, no como extraños, sino como hijos de Dios.