Lecturas Bíblicas: Día 313 2 Reyes 22 | Hebreos 4 | Joel 1 | Salmos 140–141 |
Josías es el último gran rey de Judá. Pese a ser nieto de Manasés, que fue el rey más malvado de Judá, el corazón de Josías se inclina hacia Jehová todos los días de su vida. Josías llega incluso a quitar los lugares altos de Judá (2 Re 23:5, 8, 13, 15, 19, 20), algo que ni siquiera hicieron los reyes más piadosos de Judá (1 Re 15:14, 22:43; 2 Re 12,3, 14:4, 15:4, 15:35).1 Josías recibe uno de los elogios más fuertes recibidos por un rey a lo largo de todos los libros de 1 y 2 Reyes: “E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda” (2 Re 22:2).
Las reformas más significativas de Josías se producen cuando ordena a los sacerdotes que utilicen el dinero donado al templo para hacer reparaciones, y es en medio de este trabajo cuando Hilcías, el sumo sacerdote, encuentra el Libro de la Ley (2 Re 22:3-8). Hilcías entrega el libro a Safán, el secretario del rey, quien lo lee en voz alta en presencia del rey Josías (2 R. 22:10). Cuando Josías escucha las palabras del Libro de la Ley, se rasga las vestiduras, pues la palabra de Jehová le revela toda la gravedad de los pecados de Judá. Josías ordena a sus funcionarios: “Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; porque grande es la ira de Jehová que se ha encendido contra nosotros, por cuanto nuestros padres no escucharon las palabras de este libro, para hacer conforme a todo lo que nos fue escrito” (2 Re 22:13).
El arrepentimiento de Josías nos sirve de modelo del objetivo del verdadero ministerio. Mientras muchos desean que las experiencias religiosas sean ante todo positivas y alentadoras, Josías ve la magnitud de la injusticia de su pueblo condenada por el Libro de la Ley, y se lamenta de la gran ira que se ha encendido a causa de sus pecados. Sólo en su humilde arrepentimiento -y no a través de un superficial positivismo respecto a su condición- encuentra Josías el favor de Jehová (2 Re 22,18-20).
¿Cuál es tu respuesta a la palabra de Jehová? ¿Te hace lamentar tu pecado y huir a Cristo con fe, confiando sólo en su salvación por tu pecado? Aunque nuestro pecado -y, por tanto, la ira de Jehová- es grande, nuestro Salvador Jesús es más grande, de modo que todos los que le miran con fe serán salvados completamente. Sigue los pasos de Josías, confiando plenamente en la misericordia de Jesús.
1 La única excepción fue Ezequías, que también había eliminado los lugares altos (2 Re. 18:4).