Lecturas Bíblicas: Día 66
Éxodo 18 | Lucas 21 | Job 36 | 2 Corintios 6
No sabemos casi nada de la fe de Jetro hasta que llegamos a Éxodo 18, cuando Moisés le cuenta a Jetro todo lo que Jehová había hecho para redimir a Israel de Egipto (Éx. 18:8). Leemos que, en respuesta a las noticias, Jetro se regocijó por lo que Jehová había hecho por Israel (Éx. 18:9-10), y luego dijo lo siguiente: “Ahora conozco que Jehová es más grande que todos los dioses; porque en lo que se ensoberbecieron prevaleció contra ellos.” (Ex. 18:11). A partir de ahí, Jetro llevó sacrificios a Dios y comió con Moisés, Aarón y los ancianos de Israel (Ex. 18:12).
Parece que Jetro había sido un escéptico hasta ese momento. Seguramente respetaba a Jehová hasta cierto punto, pero quizá pensara que este no era más que un dios entre muchos otros. Por eso, aunque estuvo dispuesto a permitir que Moisés llevara a su hija a Egipto en obediencia a Jehová, Jetro probablemente no tenía grandes esperanzas en el poder de Dios frente a los poderosos dioses egipcios.
Pero ahora Jetro sabe que Jehová es más grande que todos los dioses. Habíamos leído que una “multitud mixta” (Éxodo 12:38) subió con Israel fuera de Egipto, lo que sugiere que varios egipcios habían llegado a la fe en el Dios de Israel, y en Jetro vemos a otro convertido que está encantado de conocer el poder y la fuerza de Jehová frente a todos los demás dioses. En respuesta, adora a Jehová junto con Israel (Ex. 18:12).
Jetro también ofrece a Moisés un importante consejo. Al ver que su yerno se pasa todo el tiempo juzgando las disputas entre el pueblo de Israel, le dice: “No está bien lo que haces. Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el trabajo es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.” (Éx. 18:17-18).
De modo que Jetro le expone a Moisés un plan para organizar el sistema judicial de Israel. Propone que Moisés encuentre hombres competentes, dignos de confianza y justos, y los coloque como jefes de millares, de centenas, de cincuentenas y de decenas. Las disputas llegarían a los jefes sobre decenas, y si el caso era demasiado difícil, a los jefes sobre cincuenta y así sucesivamente, de modo que Moisés sólo oiría los casos más difíciles. Cuando Moisés pone en práctica el plan, su carga de trabajo se reduce sustancialmente.
Tal como vimos ayer, Dios está comenzando a hacer la transición del liderazgo sobre Israel, de descansar sólo en las manos de Moisés a descansar en las manos de múltiples hombres piadosos que pueden ayudar a Moisés a soportar la carga de pastorear al pueblo de Dios. E incluso Jesús centró su ministerio terrenal en la formación y el desarrollo de una pluralidad de apóstoles que dirigirían a la iglesia después de su ascensión a la gloria.
En última instancia, el principio del liderazgo plural nos enseña que Jesús ha dado a su iglesia múltiples líderes como dones para edificar el cuerpo de Cristo (Ef. 4:7-16).