Meditación Bíblica para Jueces 9

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on telegram
Share on email

Lecturas Bíblicas: Día 207
Jueces 9 | Hechos 13 | Jeremías 22 | Marcos 8

Con cada capítulo, la historia de Israel durante el período de los jueces desciende cada vez más bajo: de los ancianos piadosos que sirvieron con Josué en Jueces 1, llegamos ahora a la historia del malvado Abimelec. Curiosamente, el nombre de Abimelec significa “mi padre es el rey“, a pesar de que el padre de Abimelec, Gedeón (también llamado Jerobaal; cf. Jue. 6:32), había rechazado la oferta de Israel de hacerle rey en Jue. 8:22-23. Es posible que Abimelec cambiara su propio nombre para legitimar sus pretensiones al trono, pero en cualquier caso, estaba claro que quería aprovecharse de la petición de los israelitas de que Gedeón y los hijos de Gedeón reinaran sobre ellos.

Para ello, Abimelec está dispuesto incluso a asesinar a setenta de sus propios hermanos con tal de eliminar a cualquier otro contendiente al trono de Israel, diciendo: “¿Qué os parece mejor, que os gobiernen setenta hombres, todos los hijos de Jerobaal, o que os gobierne un solo hombre?“. (Jue. 9:2). Los líderes de Siquem escuchan la conspiración sanguinaria y traicionera de Abimelec, y le dan el dinero para que contrate a hombres despreciables para que asesinen a sus hermanos (Jue. 9:3-5). Una vez consumado el crimen, los dirigentes de Siquem nombran a Abimelec rey sobre ellos (Jue. 9:6).

Sin embargo, Jehová no permite que ni Abimelec ni los dirigentes de Siquem se salgan con la suya. Dios envía un espíritu maligno para provocar un conflicto entre Abimelec y los dirigentes de Siquem (Jue. 9:23), conflicto que termina con la muerte de muchos habitantes de Siquem cuando Abimelec quema la Torre de Siquem, matando en ella a 1.000 hombres y mujeres como juicio por sus crímenes (Jue. 9:49, 57). Luego, Dios devuelve la brutal matanza de Abimelec literalmente sobre su propia cabeza, cuando una mujer de Tebas arroja una piedra de molino sobre la muralla de la ciudad, aplastando el cráneo de Abimelec (Jue. 9:50-57).

Ahora bien, debemos ver esta historia como un movimiento (aunque malvado) hacia el buen objetivo que Jehová tiene en mente para su pueblo. Como ya hemos dicho, todo el libro de los Jueces proclama que Israel necesita un rey. La historia de Abimelec es la historia de un intento ilegítimo y sanguinario de entronizar a un canalla para conseguir ese rey. Como Israel no tiene rey, hace lo que le parece bien en vez de esperar a que Jehová elija un rey.

Pero deberíamos escuchar una advertencia en esta historia contra nuestro propio comportamiento traicionero, aun cuando no lleguemos al derramamiento de sangre. Muy a menudo, nuestra impaciencia o ambición codiciosa nos lleva a buscar los buenos dones de Dios de malas maneras. Estamos dispuestos a manipular, engañar o mentir para obtener lo que nuestro corazón desea.

Por lo tanto, la historia de Abimelec se da para nuestra instrucción. Arrepiéntete y espera en Jehová para que te conceda los buenos deseos de tu corazón a su debido tiempo.

¿Aún no recibes El Devocional en tu correo?

Suscríbete para recibir diariamente el estudio bíblico correspondiente completamente gratis.

Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para más información.

Iglesia Reformada Calvary en Santa Marta, Colombia.
Dirección: Carrera 21 Calle 29F- 17 Barrio Los Faroles; Avenida del Ferrocarril.
Contacto: (5)4228013 – (+57) 312 650 64 93.

© 2024 Iglesia Reformada Calvary