Lecturas Bíblicas: Día 357 2 Crónicas 27–28 | Apocalipsis 14 | Zacarías 10 | Juan 13 |
En la lectura de hoy, encontramos una de las raras veces que se registra en las Crónicas un relato sobre la nación del norte de Israel. En 2 Reyes 16 leímos el relato del rey Acaz de Judá, y allí encontramos muchos detalles sobre su interacción con Tiglat-pileser, rey de Asiria. Pero aquí, en 2 Crónicas 28, leemos acerca de la fidelidad de los israelitas del norte, fidelidad que contrasta fuertemente con la infidelidad del rey Acaz de Judá, quien fue tan malvado que quemó a sus propios hijos como ofrendas a los dioses paganos (2 Crónicas 28:3).
A causa de la maldad de Acaz, Jehová lo entrega para que sea derrotado por los reyes de Siria e Israel (2 Cr. 28:5-6). Peka, el rey de Israel, inflige grandes pérdidas al ejército de Acaz, de modo que la nación sureña de Judá pierde 120.000 hombres de valor en un solo día de batalla, y todo esto sucede, nos recuerda el autor de 2 Crónicas, “por cuanto habían dejado a Jehová el Dios de sus padres” (2 Cr. 28:6).
Pero aún más que la maldad de matar a sus propios hermanos en la batalla, la victoria de Israel también les permite tomar como esclavos a doscientos mil del pueblo de Judá (2 Cr. 28:8), a pesar de que el pueblo de Israel tenía prohibido esclavizar a sus compatriotas israelitas (Lev. 25:35-55). En respuesta, un profeta fiel reprende al pueblo de Israel: “Oídme, pues, ahora, y devolved a los cautivos que habéis tomado de vuestros hermanos; porque Jehová está airado contra vosotros” (2 Cr. 28:10-11). Además, algunos jefes de la tribu de Efraín se niegan a permitir que los esclavos sean llevados a sus ciudades, diciendo: “No traigáis aquí a los cautivos, porque el pecado contra Jehová estará sobre nosotros. Vosotros tratáis de añadir sobre nuestros pecados y sobre nuestras culpas, siendo muy grande nuestro delito, y el ardor de la ira contra Israel” (2 Cr. 28:13).
Por un lado, se nos quiere hacer ver aquí que la tribu de Judá está perdiendo el rumbo, de modo que seguirá siendo entregada a mayores derrotas cuanto más se rebele contra Jehová. Pero también se nos quiere hacer ver que sí hubo miembros fieles de las tribus del norte de Israel. Ver que Jehová conserva un remanente que le teme y obedece sus mandamientos debería darnos esperanza cuando vemos que la Iglesia cae en todo tipo de infidelidad e inmoralidad en nuestros días. Dios continuará edificando su iglesia, incluso cuando esa iglesia sobreviva como sólo un remanente a veces, hasta el último día cuando Jesucristo regrese para juzgar a los vivos y a los muertos. Ora para que Dios te dé la gracia de perseverar con los santos hasta el final, por muy mal que vayan las cosas a tu alrededor.