Lecturas Bíblicas: Día 352 2 Crónicas 21 | Apocalipsis 9 | Zacarías 5 | Juan 8 |
Josafat, como hemos descubierto en los últimos tres días, reinó con una mezcla de bien y mal. Trágicamente, el hijo de Josafat, Joram, sólo sigue los malos pasos de su padre, llegando incluso a aliarse con el rey Acab casándose con una de las hijas de éste malvado rey de Israel. Joram, pues, “anduvo en el camino de los reyes de Israel, como hizo la casa de Acab; porque tenía por mujer a la hija de Acab, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová” (2 Cr. 21:6).
Y, en efecto, Joram comete toda clase de maldades. Asesina a todos sus hermanos para eliminar cualquier posible amenaza a su trono (2 Cr. 21:4), aunque de todos modos Jehová sólo le permitió reinar durante ocho breves años debido a su maldad (2 Cr. 21:5). Además, levantó más lugares altos en la región montañosa de Judá para el culto idolátrico (2 Cr. 21:11-12). Ni siquiera el profeta Elías, que reprende a Joram y profetiza una plaga sobre su pueblo, sus hijos, sus mujeres y sus posesiones, consigue que Joram se arrepienta (2 Cr. 21:12-15). Por toda esta maldad, Jehová incita a Edom y Libna a rebelarse contra el gobierno de Judá (2 Cr. 21:8-10), y también levanta a los filisteos y árabes contra Judá, y éstos saquean Jerusalén (2 Cr. 21:16-17). Por último, Jehová envía a Joram una enfermedad dolorosa e incurable en los intestinos, que lo mata en el transcurso de dos largos años, para consternación de nadie en Judá (2 Cr. 21:18-20).
Los que tienen hijos deberían ver una advertencia en la educación de Joram. La alianza matrimonial de Joram con la casa de Acab parece ser un factor importante en su apostasía y maldad, pero él simplemente está siguiendo el ejemplo dado por su padre, Josafat, quien dos veces estableció alianzas con los reyes de Israel. Si supieras que tus hijos ciertamente heredarían tus peores pecados, ¿qué cambiarías en tu vida hoy?
Pero también, vemos que Jehová preserva el linaje de David a través de la gracia una vez más: “Mas Jehová no quiso destruir la casa de David, a causa del pacto que había hecho con David, y porque le había dicho que le daría lámpara a él y a sus hijos perpetuamente” (2 Cr. 21:7). Joram hereda el pecado de su padre, pero también se le muestra cierta medida de gracia por la obediencia de otro de sus antepasados, David.
Cuando mueras, ¿dejarás una herencia piadosa, o serán tus pecados y tu maldad la herencia que dejes, de modo que te marches “sin que nadie lo lamente” (2 Cr. 21:20 – NBLA)? Pídele a Dios que acabe con los pecados generacionales en tu familia, al tiempo que también extienda su bondad pactada a los hijos de tus hijos, incluso hasta mil generaciones (Dt. 7:9).