Meditación Bíblica para Jueces 17

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on telegram
Share on email

Lecturas Bíblicas: Día 215
Jueces 17 | Hechos 21 | Jeremías 30–31 | Marcos 16

Tras la muerte de Sansón en Jueces 16, el libro de los Jueces pasa a narrar el último episodio que leeremos en esta oscura sección de la historia de Israel. Esta última y fea narración comienza abruptamente con una mujer que maldice a quienquiera que le haya robado 1.100 piezas de plata (Jue. 17:2). Ahora bien, 1.100 piezas de plata es la cantidad exacta que los filisteos habían prometido a Dalila por traicionar a Sansón en Jueces 16:5, lo que plantea la cuestión de la identidad de esta mujer. ¿Debemos pensar que esta mujer es Dalila, o simplemente se llevó la plata? ¿Es posible que Dalila fuera asesinada por Sansón en el templo de Dagón? Sea como fuere, el número de monedas de plata al menos nos invita a asociar a esta mujer con la malvada tentativa filistea, una comparación nada halagadora.

Pero si esta mujer es retratada de manera poco favorecedora, su hijo Miqueas es mucho peor. Miqueas había robado plata a su propia madre y se la había devuelto sólo para evitar su maldición (Jue. 17:2). Luego, cuando la madre de Miqueas le devolvió la plata, él la usó para crear una imagen tallada para venerar (Jue. 17:4). Finalmente, para agravar aún más su pecado, Miqueas contrató a un levita para que fuera su sacerdote personal (Jue. 17:12). En lugar de reconocer la gran depravación de contratar a un levita para su adoración personal y privada en su casa, Miqueas estaba muy satisfecho consigo mismo: “Ahora sé que Jehová me prosperará, porque tengo un levita por sacerdote” (Jue. 17:13).

¿Cómo pudieron empeorar tanto las cosas en Israel? ¿Cómo pudo un israelita estar tan engañado como para pensar que Jehová honraría el hecho de haber contratado a un levita para que le sirviera como sacerdote -especialmente cuando el levita estaría llevando a cabo una adoración idólatra con el efod y las imágenes talladas que Miqueas tenía en su casa?

Todo esto se deriva del versículo temático de Jueces al que finalmente llegamos en Jueces 17:6: “En aquellos días no había rey en Israel; cada uno hacía lo que bien le parecía“. La madre de Miqueas, Miqueas y el levita hicieron todos lo que les parecía bien a sus propios ojos sin tratar nunca de aprender lo que era correcto a los ojos de Jehová.

De hecho, las cosas se pondrán peor -mucho peor- de aquí en adelante. Pero por ahora, hazte esta pregunta: ¿Vives según tus propias nociones vagas de lo que imaginas que agradaría a Dios, o escudriñas las Escrituras para averiguar lo que le agrada? ¿Estás creando tu propia religión bajo el disfraz de adorar a Jehová, o tu vida está estructurada en torno al arrepentimiento de tu pecado y la fe en la persona y obra de Jesucristo para hacerte justo ante tu Padre celestial?

Hermanos y hermanas, no sigan la malvada necedad de Miqueas haciendo lo que les parezca bien a sus propios ojos. Jehová se toma en serio su palabra.

¿Aún no recibes El Devocional en tu correo?

Suscríbete para recibir diariamente el estudio bíblico correspondiente completamente gratis.

Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para más información.

Iglesia Reformada Calvary en Santa Marta, Colombia.
Dirección: Carrera 21 Calle 29F- 17 Barrio Los Faroles; Avenida del Ferrocarril.
Contacto: (5)4228013 – (+57) 312 650 64 93.

© 2024 Iglesia Reformada Calvary