Meditación Bíblica para 1 Samuel 12

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on telegram
Share on email

Lecturas Bíblicas: Día 232
1 Samuel 12 | Romanos 10 | Jeremías 49 | Salmos 26–27

Hay algunas similitudes sorprendentes entre el discurso de despedida de Samuel en 1 Samuel 12 y el discurso de Pablo a los ancianos efesios en Hechos 20. Como Samuel, Pablo también insiste en que no había defraudado en nada a los efesios mientras estuvo entre ellos (Hch. 20:33-34; cf. 1 Sam. 12:3-4), y, como Samuel, Pablo también insta a los efesios a seguir caminando fielmente en el evangelio después de su partida (Hch. 20:29-32; cf. 1 Sam. 12:20-25). Al estudiar estos dos pasajes juntos, aprendemos dos principios significativos sobre el ministerio fiel.

Primero, el ministerio fiel declara todo el consejo de Dios. Samuel sugiere que él mismo “seguirá instruyéndoos en el camino bueno y recto” (1 Sam.12:23), incluso ahora que se ha nombrado un rey. Pablo, entonces, lo expresa de esta manera: “Por tanto, yo os protesto en el día de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios.” (Hch 20:26-27).

En concreto, el ministerio fiel significa proclamar la noticia del amor de Dios en el Evangelio. Samuel reconoce el pecado de Israel, pero a pesar de ello les insta a continuar siguiendo a Jehová y sirviéndole de todo corazón (1 Sam. 12:20-21), asegurándoles el amor del pacto de Jehová por ellos: “Pues Jehová no desamparará a su pueblo, por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.” (1 Sam. 12, 22).

En segundo lugar, el ministerio fiel implica la oración incesante. Samuel declara su intención de seguir orando por Israel: “lejos sea de mí que peque yo contra Jehová cesando de rogar por vosotros…” (1 Sam. 12:23), y Pablo concluye su tiempo con los ancianos de Éfeso con una oración llena de lágrimas (Hch. 20:36).

El último ministro fiel, por supuesto, fue nuestro Señor Jesús. Mientras Jesús oraba la noche antes de su crucifixión, insistió en que había declarado fielmente las palabras de su Padre: “porque las palabras que me diste, les he dado; y ellos las recibieron, y han conocido verdaderamente que salí de ti, y han creído que tú me enviaste” (Juan 17:8). Además, Jesús sería fiel para orar por su pueblo hasta el final: “Yo oro por ellos” (Juan 17:9).

Pero mientras Jesús sigue construyendo su Iglesia en la tierra, ha confiado la palabra y la oración no sólo a los ministros ordenados. Más bien, ha llamado a todo su pueblo al ministerio. Aunque nuestras funciones en la Iglesia pueden variar, a todos se nos ordena “que la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros” (Col. 3:16) y “orad sin cesar” (1 Tes. 5:17). ¿A quién te ha enviado Dios como ministro, tanto a través de la proclamación del Evangelio como de la oración?

¿Aún no recibes El Devocional en tu correo?

Suscríbete para recibir diariamente el estudio bíblico correspondiente completamente gratis.

Lee nuestra [link]política de privacidad[/link] para más información.

Iglesia Reformada Calvary en Santa Marta, Colombia.
Dirección: Carrera 21 Calle 29F- 17 Barrio Los Faroles; Avenida del Ferrocarril.
Contacto: (5)4228013 – (+57) 312 650 64 93.

© 2024 Iglesia Reformada Calvary