Lecturas Bíblicas: Día 205
Jueces 7 | Hechos 11 | Jeremías 20 | Marcos 6
En nuestra meditación para Deuteronomio 20, vimos tres de las posibles excepciones que permitirían a un israelita optar por no ir a la guerra. Si un hombre acababa de adquirir una nueva casa, un nuevo viñedo o una nueva esposa, estaba exento de la obligación de ir a la guerra (Deut. 20:5-7). Sin embargo, había una cuarta razón que un hombre podía alegar para no ir a la guerra: si un hombre tenía miedo, podía optar por no ir, “y no apoque el corazón de sus hermanos, como el corazón suyo.” (Dt. 20:8). En otras palabras, la consideración práctica era evitar que los temores de un soldado derribaran a todos los demás con él.
En Jueces 7, Jehová ordena a Gedeón que reduzca el número de soldados que van a la batalla con él. En primer lugar, Jehová le ordena que pregunte si alguno de los hombres tiene miedo de ir a la batalla, y así 22.000 soldados se marchan y 10.000 se quedan (Jueces 7:2-3). Luego, para que todo Israel sepa con certeza que sólo Jehová les está dando la victoria y no la fuerza de su propia mano, Jehová le dice a Gedeón que haga beber a sus soldados del río. Los que se hagan vulnerables a los enemigos bajando la cabeza para beber directamente del río son enviados a casa, mientras que los cautelosos que se mantengan alerta acercando el agua a la boca se quedarán para la batalla. Después de esta prueba, sólo quedan 300 guerreros (Jue. 7:4-8).
Sin embargo, una de las ironías de esta historia es que el mismo hombre a quien Jehová ha llamado para guiar a Israel a la batalla es el más temeroso de todos. A pesar de que Gedeón había pedido tres señales diferentes en Jueces 6, Jehová le proporciona amablemente otra señal en Jueces 7:9-14. Cuando Gedeón espía los alrededores de la ciudad, Jehová le da una señal. Mientras Gedeón espiaba el campamento madianita, oyó a un madianita contarle a otro un sueño en el que una torta de pan de cebada destruía todo el campamento de Madián. El otro soldado interpreta el sueño con claridad: “Esto no es otra cosa sino la espada de Gedeón hijo de Joás, varón de Israel. Dios ha entregado en sus manos a los madianitas con todo el campamento.” (Jue. 7:14).
Esa señal es todo lo que Gedeón necesita para conducir a sus compañeros israelitas a la batalla. Allí, mediante el estruendo de las vasijas y el ardor de las antorchas y los gritos de los hombres, Jehová hace cundir el pánico en Madián, de modo que los madianitas se matan en gran parte unos a otros, y los israelitas persiguen al resto.
¿Qué temores te acosan cuando sigues a Jesús? Consuélate con el hecho de que cuando Jehová llama a personas temerosas para que le sirvan, hace provisión amplia y misericordiosa para sus temores. Tú que eres temeroso: confía en el Señor. Su poder se perfecciona en tu debilidad (2 Cor. 12:9).