Meditación Bíblica para Números 5

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Lecturas Bíblicas: Día 118
Números 5 | Salmos 39 | Cantar de los cantares 3 | Hebreos 3

En Números 5, Jehová sigue estableciendo límites físicos, instituyendo tres nuevas normas para mantener su propia santidad libre de cualquier contaminación que pudiera causar el pueblo de Israel.

En primer lugar, Jehová ordena que todo aquel que padezca enfermedad, flujo o impureza por contacto con los muertos sea puesto fuera del campamento (Núm. 5:1-4). Aunque Jehová ya había ordenado que los leprosos vivieran fuera del campamento (Lev. 13:46), éste es el primer lugar donde leemos que las personas con otros tipos de impurezas debían ser excluidas del campamento. Ahora bien, aunque la lepra y las secreciones y el contacto con los muertos no son pecados, toda enfermedad y muerte son consecuencia del pecado, y Jehová no puede permitir que un producto de la maldición permanezca en su presencia.

En segundo lugar, para los casos en que los israelitas sí pecaban, Jehová aclara aquí cómo podían restituir los pecadores cuando las personas a las que defraudaban no tenían parientes cercanos (Núm. 5:5-10). Puesto que la ofrenda por la culpa requería la restitución (Lv 6:1-7), Jehová explica aquí, en Números 5:8, que un sacerdote recibiría la restitución si ningún pariente cercano podía recibirla. De este modo, Jehová proveyó a sus sacerdotes e hizo posible que los adoradores hicieran la restitución en cualquier circunstancia.

La tercera disposición que Jehová establece en Números 5:11-31 es sin duda la más extraña para los lectores modernos. ¿Por qué hay que señalar a la mujer adúltera, mientras que el hombre adúltero no aparece por ninguna parte? ¿Por qué este extraño ritual, y por qué una maldición tan extraña?

El texto, sin embargo, no responde a esas preguntas, al menos no directamente. En cambio, observe que Números 5:16 dice: “Y el sacerdote hará que ella se acerque y se ponga delante de Jehová.“. La frase “se acerque” es una forma de la palabra qarab, que vimos en nuestra meditación sobre Números 3. En otras palabras, la función de todo este proceso es acercar a la santa presencia de Jehová a alguien que puede o no ser culpable del pecado de adulterio.

Como hemos estado estudiando el significado de acercarse a Jehová a través del libro de Números, podemos tener cierta perspectiva de este pasaje. Si la mujer es inocente, no le sucede nada malo. Su limpieza en presencia de Jehová la protege. Pero si la mujer es culpable, su pecado en presencia de Jehová le acarrea una maldición muy específica, que la incapacita para tener más hijos.

Es una cosa peligrosa morar cerca de Dios mientras permaneces en tu pecado, pero escucha la promesa del evangelio de Jesús: “Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el Lugar Santísimo por la sangre de Jesucristo… acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura.” (Heb. 10:19, 22).

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