Lecturas Bíblicas: Día 266
2 Samuel 19 | 2 Corintios 12 | Ezequiel 26 | Salmos 74
Durante el levantamiento de Absalón, la inquebrantable lealtad de Israel a David se vino abajo. Ahora que Absalón ha muerto, David debe decidir qué hacer con los que le apoyaron, los que le traicionaron y los que hicieron ambas cosas. Hoy veremos tres interacciones en 2 Samuel 19 que tienen importantes ramificaciones para el resto de la historia bíblica.
En primer lugar, Joab continúa su incómoda y controvertida relación con David. Recordemos que Joab ya había asesinado a Abner (2 Samuel 3:27) y que fue él quien desobedeció la orden de David y ejecutó a Absalón (2 Samuel 18:14). En 2 Samuel 19, Joab se enfrenta a David por lamentar la pérdida de Absalón, asegurando que David deshonra a los que fueron a la batalla por él (2 Sam. 19:1-8). David escucha el consejo de Joab, pero también sustituye a Joab como comandante de su ejército por Amasa (2 S. 19:13).
En segundo lugar, David perdona a Simei, el benjaminita de la familia de Saúl que lo había maldecido en 2 Samuel 16:5-14. Simei reconoce su pecado ante David y suplica por su vida. David perdona aquí la vida tanto a Joab como a Simei, pero más tarde pide a su hijo Salomón que los ejecute a ambos en su nombre en 1 Reyes 2:5-9.
En tercer lugar, en una historia conmovedora, David se reconcilia con Mefi-boset. Siba había calumniado a Mefi-boset, diciendo que éste había visto la oportunidad de traicionar a David durante el levantamiento de Absalón (2 Sam. 16:3), por lo que David había dado todas las tierras de Mefi-boset a Siba (2 Sam. 16:4). Cuando David se entera de la verdad, decide permitir que Siba y Mefi-boset se repartan la tierra; sin embargo, a Mefi-boset no le interesa su tierra mientras David haya regresado. En cambio, exclama: “Deja que él las tome todas, pues que mi señor el rey ha vuelto en paz a su casa.” (2 Sam. 19:30).
Podría decirse que Mefi-boset es el hombre que más ha perdido en la vida: no sólo su posible derecho al trono como hijo de Jonatán (es decir, nieto del rey Saúl), sino también el uso de sus piernas a causa de una lesión sufrida en la infancia. Sin embargo, mientras Joab trata de mantener su estatus e influencia incluso mediante el asesinato, y mientras Simei suplica por su vida, Mefi-boset simplemente se alegra de haberse reconciliado con su rey.
A los que se saben débiles les suele resultar mucho más fácil comprender la bondad de la gracia de Dios que a los orgullosos, fuertes y ricos, y por eso el Rey Jesús también elige como suyos a los más débiles de entre nosotros. Mefi-boset había experimentado la bondad del rey, incluso había comido en la mesa de David, de modo que ya no le importaban las riquezas ni las influencias: sólo quería a su rey.
Si Jesús te ha invitado, como a Mefi-boset, a comer a su mesa, ¿por qué, como Joab y Simei, te aferras a las demás cosas de este mundo como si fueran lo único que tienes?