Hazte esta pregunta: ¿Vives según tus propias nociones vagas de lo que imaginas que agradaría a Dios, o escudriñas las Escrituras para averiguar lo que le agrada? ¿Estás creando tu propia religión bajo el disfraz de adorar a Jehová, o tu vida está estructurada en torno al arrepentimiento de tu pecado y la fe en la persona y obra de Jesucristo para hacerte justo ante tu Padre celestial?
Hermanos y hermanas, no sigan la malvada necedad de Miqueas haciendo lo que les parezca bien a sus propios ojos. Jehová se toma en serio su palabra.