Ningún rey ordinario sobre Israel estará a la altura de este desafío, pero en cambio, Jehová finalmente enviará un tipo muy diferente y especial de rey: su propio Hijo. Jesús no sólo apartará a su pueblo de la desobediencia, sino que transformará su corazón para que quiera hacer lo que es justo a los ojos de Dios.
Pero antes, muchos reyes fracasarán, incluido Saúl, el primer rey de Israel, a quien conoceremos en la lectura de mañana.