La persecución y el sufrimiento son componentes inevitables del modo en que Dios forja a sus líderes. Sin embargo, tenemos la esperanza de saber que Dios está llevando a cabo algo real e importante incluso a través de nuestro sufrimiento más doloroso. Como escribe Pablo: “Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (2 Cor. 4:17). ¿Cómo afrontas entonces el sufrimiento en tu propia vida? Como David, ¿”te fortaleces en Jehová tu Dios“, o intentas librarte del sufrimiento por todos los medios posibles? ¿Qué es lo que podría estar tratando de conseguir Dios a través de las pruebas que te envía?