Dios no engaña a la gente. Él ha revelado su verdad al mundo, tanto en su palabra escrita como en su palabra hecha carne, el Señor Jesucristo. La razón por la que los seres humanos rechazan la verdad de Dios es que “la luz vino al mundo, y la gente amó más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas” (Juan 3:19). El mundo rechaza a Jesús porque ama más su pecado que la verdad de Dios.
La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿Creerás la verdad de Dios, o persistirás en amar -y por lo tanto creer- las falsedades de este mundo?