Lecturas Bíblicas: Día 62
Éxodo 14 | Lucas 17 | Job 32 | 2 Corintios 2
Aunque podríamos haber pensado que Israel había acabado para siempre con Egipto, ni Jehová ni los egipcios han terminado de luchar por la posesión de Israel. Jehová endurece de nuevo el corazón del faraón (Éx. 14:4), de modo que éste y sus siervos se preguntan cómo pudieron ser tan insensatos como para dejar marchar a los israelitas (Éx. 14:5). En consecuencia, el faraón decide enviar todos sus carros y ejércitos en persecución de Israel para recuperar a sus esclavos (Ex. 14:6-9).
Éxodo 14 es un magnífico estudio sobre la insensatez humana. A un lado de la columna de nube de Dios están los egipcios, orgullosamente confiados en el poder de su maquinaria de guerra para conquistar Israel una vez más, pero al otro lado de la columna de nube están los israelitas, que no son mucho mejores. El pueblo de Israel, seguro de que lo matarán, afirma de repente que lo que realmente había querido todo el tiempo era permanecer en Egipto como esclavos para evitar morir en el desierto (Éx. 14:11-12).
Así que, perseguido de cerca por el ejército más poderoso del planeta y ante las severas críticas de su propio pueblo, Moisés debe animar al pueblo apuntándoles de nuevo a Jehová y a su poder: “No temáis; estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos.” (Ex. 14:13-14). La respuesta correcta a la situación era fijarse no en el poder de Egipto ni en la impotencia de Israel, sino en la promesa de Jehová de luchar por su pueblo.
Sin fallar, Jehová actúa poderosamente para liberar a su pueblo nada menos que partiendo el Mar Rojo y permitiendo a Israel atravesar el lecho marino en seco. Luego, cuando los ejércitos del Faraón intentan perseguirlos, Jehová hace que sus ruedas se atasquen en el barro, y después de que Israel cruza el mar a salvo, Dios hace que el mar se desplome sobre sus cabezas, matando a todo el ejército de un solo golpe.
Jehová luchó por su pueblo, e Israel sólo tuvo que callar.
Hoy el mensaje de salvación sigue siendo el mismo: Jehová ha luchado por ti en Jesucristo, y tú sólo tienes que callar. Tus capacidades, tus logros y tus recursos no cuentan para nada. Sólo tienes que creer en el Señor Jesucristo -el que luchó por ti para vencer al pecado, a la muerte y al diablo mediante su vida, muerte y resurrección- y serás salvo.
No temas, mantente firme y mira la salvación de Jehová en Jesucristo. Incluso cuando te encuentres perseguido por todos los poderes del infierno, recuerda que Jesucristo -el León de la Tribu de Judá- ha vencido. Teme a Él y cree en Él, y serás salvo.