Lecturas Bíblicas: Día 180
Josué 1 | Salmos 120, 121 & 122 | Isaías 61 | Mateo 9
En Josué 1 asistimos a una de las transiciones más extremas de toda la Biblia: por primera vez desde Éxodo 1, Israel se queda sin Moisés. Pero al mismo tiempo, este primer capítulo conecta cuidadosamente el liderazgo de Josué con el de Moisés, dejando entrever el camino que tomará Josué para completar la obra que Dios comenzó con Moisés.
En primer lugar, Jehová transfiere el manto del liderazgo de Moisés a Josué sin rodeos en Josué 1:2: “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora, pues, levántate y pasa este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel“. Aunque Jehová no deja de reconocer que Moisés (“mi siervo“) era especial, no sugiere en absoluto que la pérdida de Moisés vaya a poner fin a la misión. Por el contrario, le dice a Josué exactamente qué hacer para conducir a Israel a la tierra de Canaán.
Hay que tener en cuenta que Israel llevaba ya cuarenta años en el desierto. Aparte de Josué y Caleb (Núm. 14:26-38), ya no queda nadie vivo que haya sido testigo de las señales y prodigios que Jehová hizo para sacar a Israel de Egipto. El pueblo que Josué dirigirá no ha conocido otra vida que el peregrinaje por el desierto, pero no habrá más demoras. Jehová ordena a Josué que conduzca al pueblo a Canaán inmediatamente.
En segundo lugar, la consigna para el ministerio de Josué es “Sé fuerte y valiente“, una frase que aparece cuatro veces sólo en este capítulo (1:6, 7, 9, 18). Si recuerdas, este fue el aliento que Moisés le había dado personalmente a Josué en Deuteronomio 31:7, y Jehová lo usó para comisionar a Josué en ese momento (Deuteronomio 31:23), pero ahora es cuando la carga del liderazgo requerirá que Josué sea fuerte y valiente.
En tercer lugar, Jehová le dice explícitamente a Josué en Josué 1:7-8 que debe tener cuidado de obedecer la ley de Moisés. Esto es fundamental porque demuestra que la ley no era sólo un proyecto personal o un pasatiempo de Moisés, sino que era la ley de Jehová, y Jehová espera que su ley siga rigiendo a Israel. El hecho de que Israel tenga un nuevo líder no significa que Israel tenga una nueva ley. Por el contrario, el ministerio de Moisés serviría de base para el ministerio de Josué.
En cuarto lugar, Josué reafirma la decisión de Moisés (Núm. 32) de dar a los rubenitas y gaditas la tierra al este del Jordán, a condición de que vayan a la guerra hasta que Israel obtenga toda la tierra de su herencia (Jos. 1:10-18).
En Josué 1, vemos el enfoque implacable y eterno de Dios. Dios sigue enterrando a sus obreros, mientras continúa su obra, y no sólo después de la muerte de Moisés, sino también en nuestras vidas e iglesias, hasta el día en que Jesucristo regrese para conducir a su pueblo para siempre a su herencia.
