Lecturas Bíblicas: Día 170
Deuteronomio 24 | Salmos 114–115 | Isaías 51 | Apocalipsis 21
Deuteronomio 24 contiene varias leyes que los títulos de las secciones de la LBLA clasifican como “leyes diversas“. Bastantes de estas leyes (aunque no todas en esta sección) regulan cómo Israel debe tratar a los pobres de su entorno. Clasificaríamos estas leyes como leyes civiles (véase la meditación sobre Deuteronomio 22), que rigen la vida cotidiana de Israel. Así que, aunque los cristianos no estamos obligados a seguir al pie de la letra estas leyes, vemos en ellas una imagen del tipo de “equidad general” que debemos buscar en nuestras propias sociedades. Hoy estudiaremos cuatro de estas leyes.
En Deuteronomio 24:6, Moisés prohíbe tomar un molino o una piedra de molino superior como garantía de un préstamo. La razón era sencilla: sin el molino o la muela superior, una persona no tendría forma de obtener ingresos para devolver su préstamo. Se trata de una prohibición contra todo tipo de préstamos abusivos que los pobres no tienen forma de devolver. En Israel, los préstamos nunca se concedían para que el prestamista aumentara su poder, sino para ayudar a los israelitas que lo necesitaban.
Las leyes del Deuteronomio 24:10-13 obligan a los acreedores a respetar la dignidad de aquellos a quienes han prestado. No pueden irrumpir en las casas de las personas que les deben dinero, y si una persona es tan pobre que sólo tiene su capa como prenda, el acreedor no puede quedarse con la capa durante la noche, obligando a la persona pobre a dormir sin cubrirse. Una vez más, los acuerdos de préstamo que humillaran a los pobres estaban prohibidos en Israel.
Deuteronomio 24:14-15 exige que se entregue el salario a los siervos contratados el mismo día en que se realiza el trabajo, antes de que se ponga el sol. Este es un buen ejemplo de que, en nuestro contexto moderno, cumplir la ley al pie de la letra no suele ser necesario. Por otra parte, aquí aprendemos que es una abominación a los ojos de Jehová retener el pago a los jornaleros más pobres de nuestro entorno, que viven de su salario diario. Por consiguiente, en Santiago 5:1-6, leemos que todos los que defraudan el salario a los pobres se están cebando para el día de la matanza, cuando Jesús vuelva para juzgar a los malvados.
Por último, en Deuteronomio 24:19-22, Moisés explica una de las principales formas en que Israel alimentaría a los pobres de su entorno. Los agricultores evitaban cosechar hasta la última gavilla, aceituna o uva, sino que dejaban las sobras para que los pobres vinieran a espigar por sí mismos, que es lo que hace Rut para mantener a su suegra, Noemí, cuando conoce a Booz (Rut 2). Esto no creaba un sistema de limosnas porque los pobres tenían que recoger ellos mismos los restos de la cosecha, pero sí obligaba a los ricos a compartir su riqueza con los pobres.
¿Los principios en los que se basan estas leyes cuestionan la forma en que tratas a los pobres en tu entorno?