Lecturas Bíblicas: Día 350
2 Crónicas 18 | Apocalipsis 7 | Zacarías 3 | Juan 6
Cuando leímos la historia de la alianza entre el rey Josafat de Judá y el rey Acab de Israel en 1 Reyes 22, no aprendimos mucho sobre Josafat. Allí, el rey Acab era el personaje principal, con Josafat entrando en escena para desempeñar un papel secundario en la narración de cómo Jehová estaba trayendo juicio y desastre sobre Acab por la malvada idolatría y rebelión de éste. Parecía como si Josafat se pusiera al lado de Acab para ejercer una influencia piadosa, tratando de evitar que Acab ignorara por completo la palabra de Jehová, exigiéndole que no salieran juntos a la guerra contra los sirios hasta que consultaran la palabra de Jehová (1 Re 22,5) y escucharan a un verdadero profeta de Jehová (1 Re 22,7).
Pero al leer la narración de este encuentro en 2 Crónicas 18, esta alianza se vuelve confusa. ¿Por qué se aliaría Josafat con un rey malvado de Israel? Recordemos que el rey Acab continuó la rebelión de Israel contra la casa de David, a pesar de que “Jehová Dios de Israel dio el reino a David sobre Israel para siempre, a él y a sus hijos, bajo pacto de sal” (2 Crónicas 13:5). No sólo eso, Acab también fue un rey que hizo más por provocar a Jehová con su maldad que todos los reyes de Israel que le habían precedido (1 R. 16:33). Aunque Josafat escapa con vida de esta empresa militar conjunta, a su regreso (como veremos en la lectura de mañana), Jehová envía a Jehú, hijo del vidente Hanani, para que se enfrente a Josafat, diciéndole: “¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto” (2 Cr. 19,2).
Es grave entablar relaciones demasiado profundas con quienes no aman al Señor. Pablo nos advierte específicamente sobre esto en 2 Corintios 6:14, diciendo: “No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?“. No es legalismo disuadir a los cristianos de entablar relaciones románticas o relaciones extremadamente estrechas de otro tipo con incrédulos, ya que unirse en yugo con quienes no han tomado sobre sí el yugo de Jesús (Mt. 11:30) tiene la capacidad de destruir toda tu vida al envenenar tu caminar con el Señor.
Esto no quiere decir que no debamos relacionarnos con los no creyentes, porque no hay otra manera de que la gente escuche las buenas nuevas de Jesús. Pero, haga un balance de sus relaciones hoy – ¿hay lugares donde estás siendo influenciado lejos de Cristo a través de las personas en tu vida, en lugar de influir en ellos hacia Jesús? Hermanos y hermanas, no tenemos nada si no tenemos a Cristo, así que tengamos cuidado de no dejar que nada ni nadie nos aleje de nuestro primer amor.