Lecturas Bíblicas: Día 229
1 Samuel 9 | Romanos 7 | Jeremías 46 | Salmos 22
Finalmente, Jehová elige a un rey para reinar sobre su pueblo. No obstante, debemos leer 1 Samuel 9 con cierta preocupación, ya que la demanda de un rey por parte de Israel se deriva del hecho de haber rechazado a Jehová para que no reinara sobre ellos (1 Samuel 8:7). ¿Qué clase de rey dará Jehová a su pueblo rebelde? En 1 Samuel 9 leemos tres principios importantes que explican la elección de Saúl como primer rey de Israel.
En primer lugar, Jehová elige como rey a un hombre humilde, a pesar de que Saúl es alto y apuesto en apariencia (1 Samuel 9:2). Cuando Samuel elogia a Saúl, éste responde casi con las mismas palabras que había empleado el juez Gedeón cuando Dios lo llamó (Jue. 6:15), diciendo: “¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?“. (1 Sam. 9:21). El orgullo de Saúl acabará siendo su perdición, pero no es así como empieza la historia.
En segundo lugar, Jehová elige a Saúl para salvar a Israel “de mano de los filisteos” (1 Sam. 9:16). Instalar a un rey sobre Israel no era una posición vanidosa, sino más bien un medio por el cual Jehová continuaría estableciendo su reino en la tierra. Para que la santidad de Jehová habitara entre su pueblo santo en la tierra santa de Canaán, había que expulsar a los habitantes malvados e idólatras. Como los jueces no pudieron terminar el trabajo (Jue. 1:27-36), Jehová nombra ahora a un rey para completar la misión.
Por último, Jehová elige a Saúl para “refrenar” a Israel de tratar de hacer lo que fuera correcto a sus propios ojos (1 Sam. 9:17). El principal problema de Israel había sido que habían hecho lo que les parecía bien porque “no había rey en Israel” (Jue. 21:25). Así pues, la responsabilidad de Saúl como rey era contener a Israel para que cumpliera los mandamientos que Jehová le había dado por medio de Moisés. Si el pueblo de Israel obedecía, Jehová iba a bendecirlo y a hacer que floreciera en la tierra.
A pesar de que Israel había rechazado a Jehová como rey exigiendo a este rey en su lugar (1 Sam. 8:7), la historia de Saúl comienza de forma positiva. Jehová proporciona un rey que serviría sin ninguna pretensión orgullosa y que también buscaría el bien de Israel refrenándolo de su propia maldad.
Aunque sabemos que la historia de Saúl no va a terminar bien, no debemos pasar por alto demasiado rápido el comienzo positivo de esta historia. Siempre es mejor obedecer, no importa si estamos al principio, en el medio o al final. Hazte estas preguntas: ¿En qué punto de tu historia te encuentras? Independientemente de dónde hayas estado, ¿estás tratando de obedecer hoy? ¿Qué puedes aprender de la historia de Saúl sobre la perseverancia?