Lecturas Bíblicas: Día 264
2 Samuel 17 | 2 Corintios 10 | Ezequiel 24 | Salmos 72
En 2 Samuel 15, Husai, amigo de David, quiso huir de Jerusalén con él. En lugar de ello, David ordenó a Husai que se quedara y fingiera unirse a Absalón. De este modo, Husai podría ayudar a David desde dentro del círculo íntimo de Absalón para derrotar el consejo de Ahitofel (2 Samuel 15:32-37). No era tarea fácil, ya que “en aquel tiempo, tanto David como Absalón tomaban los consejos de Ahitófel como si vinieran de Dios mismo” (2 Sam. 16:23). Por eso, cuando David se marchaba de Jerusalén, pidió también la ayuda de Dios en esta tarea, orando: “Dios mío, te ruego que eches a perder los planes de Ahitófel” (2 Sam. 15:31).
En la lectura de hoy de 2 Samuel 17, Husai tiene la oportunidad de ayudar a David persuadiendo a Absalón de que considere el consejo de Ahitofel como una locura. Así que, mientras Absalón reúne a sus consejeros, Ahitofel le presenta el mejor plan, que consiste en arrollar a David rápidamente, antes de que éste tenga la oportunidad de reagruparse y planear su defensa (2 Samuel 17:1-3). Propone la idea con certeza: “y los líderes de Israel aceptaron el consejo de Ahitófel” (2 Sam. 17:4).
Husai, sin embargo, contrarresta el plan de Ajitofel con una estrategia secretamente diseñada para dar a David el tiempo que necesita desesperadamente para prepararse para la batalla. Argumenta elocuentemente que Absalón debe esperar hasta haber reunido a todo Israel para unirse a él en la batalla contra David a fin de asegurar la victoria, y todo el pueblo de Israel cree que el consejo de Husai es mejor que el de Ajitofel (2 Sam. 17:14).
Ciertamente, parte de la razón por la que el consejo de Husai es mejor recibido radica en el hecho de que utiliza frases y descripciones imaginativas, hablando, por ejemplo, de David como una osa a la que le han robado sus cachorros (2 Sam. 17:8) y de reunir un ejército gigantesco de israelitas “como la arena junto al mar en multitud” (2 Sam. 17:11).1 Pero en última instancia, Jehová mismo responde a la oración de David: “Porque Jehová había ordenado que el acertado consejo de Ahitofel se frustrara, para que Jehová hiciese venir el mal sobre Absalón” (2 Sam. 17:14).
La forma en que David y Husai integran la planificación estratégica con la confianza devota en Jehová es sabia. Debemos evitar las maquinaciones que ignoran el papel soberano de Jehová en el ordenamiento de los acontecimientos de la historia humana, pero también debemos evitar el pensamiento pasivo y fatalista que nos impide actuar con cautela y estrategia en nuestras vidas. Seguir a Jesús como sus discípulos exige que actuemos con la sabiduría de las serpientes -aunque con la inocencia de las palomas (Mt. 10:16)-, pero también que oremos sin cesar (1 Tes. 5:17).
¿Cómo reorientaría Jesús tu vida hoy? ¿Sacándote de la inactividad pasiva, o enseñándote a confiar en Él en la oración?
Notas al pie
- Warren W. Wiersbe, Preaching and Teaching with Imagination (Grand Rapids, MI: Baker Books, 1994), 15–48. ↩︎