La historia de David nos da un modelo en el que el ungido de Jehová sería rechazado, despreciado y maltratado en esta vida. Sin embargo, se acerca el día en que Jesús vendrá de nuevo en su gloria, cabalgando sobre las nubes, y en ese día, nadie discutirá su reinado. Por tanto, esperémosle ahora con fe para que, cuando venga, podamos alegrarnos de ver a nuestro rey viniendo a rescatar a su pueblo de una vez por todas.