Aunque Saúl sabe que Jehová ha elegido rey a David, y aunque Saúl asiente intelectualmente a esa idea, sigue rebelándose contra Jehová y contra el ungido de Jehová. Los teólogos han explicado con acierto que la fe salvadora requiere algo más que conocimiento y asentimiento intelectual, también requiere confianza.1 En otras palabras, no basta con conocer y asentir a la idea de que Jesús vino a salvar a los pecadores en general; debo confiar realmente en que Jesús vino a salvarme a mí. Sin confianza, la fe de una persona no es una fe salvadora.