Dios nos ha proporcionado nada más y nada menos que la sangre y la justicia de Jesucristo, las cuales nos trae a través del ministerio del Espíritu Santo. Recuerda las palabras de Pablo: “estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo” (Fil. 1:6). Dios llevará a término su buena obra en ti, así que no abandones la lucha de la fe. No importa cuántos pasos atrás hayas dado, arrepiéntete hoy y avanza en la fe confiando en la gracia de Dios en el Evangelio.