V. El Señor Jesucristo, por su perfecta obediencia y por el sacrificio de si mismo que ofreció una sola vez por el Espíritu eterno de Dios, ha satisfecho plenamente a la justicia de su Padre, (1) y compro para aquellos que éste le había dado, no solo la reconciliación, sino también una herencia eterna en el reino de los cielos. (2)
1. Romanos 5:19 y 3:25,26; Hebreos 9:14,16 y 10:14; Efesios 5:2.
2. Efesios 1:11,14; Juan 17:2; Hebreos 9:12,15; Daniel 9:24,26; Colosenses 1:19,20.
VI. Aún cuando la obra de la redención no fue consumada por Cristo sino hasta después de su encarnación, sin embargo, la virtud, la eficacia y los beneficios de ella, fueron comunicados a los elegidos en todas las épocas transcurridas desde el principio del mundo en y por medio de las promesas, tipos y sacrificios, en los cuales Cristo fue revelado y señalado como la simiente de la mujer que heriría a la serpiente en la cabeza, y como el cordero inmolado desde el principio del mundo, siendo él, el mismo ayer, hoy y siempre. (1)
1. Gálatas 4:4,5; Génesis 3:15; Apocalipsis 13:8; Hebreos 13:8.
VII. Cristo en la obra de mediación, actúa conforme a ambas naturalezas, haciendo por medio de cada naturaleza lo que es propio de ella; (1) aunque por razón de la unidad de la persona, lo que es propio de una naturaleza, algunas veces se atribuye en la Escritura a la persona dominada por la otra naturaleza. (2)
1. 1 Pedro 3:18; Hebreos 9:14.
2. Hechos 20:28; Juan 3:13; 1 Juan 3:16.
VIII. A todos aquellos para quienes Cristo compro redención, les aplica y comunica cierta y eficazmente la misma; (1) intercediendo por ellos (2) revelándolos en la palabra y por medio de ella los misterios de la salvación; (3) persuadiéndoles eficazmente por su Espíritu a creer y a obedecer; y gobernando sus corazones por su palabra y Espíritu, (4) venciendo a todos sus enemigos por su gran poder y sabiduría, de tal manera y forma que sea más de acuerdo con su maravillosa e inescrutable dispensación. (5)
1. Juan 6:37,39 y 10:15,16.
2. 1 Juan 2:1,2; Romanos 8:34.
3. Juan 15:13,15 y 17:6; Efesios 1:7-9.
4. 2 Corintios 4:13; Romanos 8:9,14; Romanos 15:18,19; Juan 17:17 y 14:16.
5. Salmos 110:1; 1 Corintios 15:25,26; Malaquías 4:2,3; Colosenses 2:15.