En la meditación de Génesis 37, hablamos de cómo José nos ofrece una hermosa tipología de lo que Jesús llegaría a ser, y esta historia no es la excepción. Así como José fue acusado falsamente y castigado por el pecado de otro, aunque él mismo era justo, así también el Señor Jesús sería acusado falsamente, sufriendo el castigo por los pecados de otros: tus pecados y mis pecados. Aunque era justo, Jesús fue hecho pecado por nosotros en la cruz.
Y así como José no pudo ser derrotado por la cárcel, sino que se ganó el favor del carcelero, tampoco Jesús pudo ser retenido prisionero por la tumba.