Por muy gran mediador que fuera Moisés al interceder para pedir a Jehová que renovara su pacto con Israel y que permaneciera en medio de ellos, Moisés seguía sin poder llevar consigo a otros israelitas a el Tabernáculo de Reunión. Hoy, nosotros también tenemos un mediador que habla cara a cara con Dios Padre, intercediendo en nuestro favor en el templo celestial: el Señor Jesucristo (Rom. 8:34). Nuestro mediador, sin embargo, ha entrado en la presencia de su Padre detrás del velo, y al hacerlo nos promete que nosotros también podemos entrar en los lugares santos de Dios junto con él.