Nunca olvides que el Evangelio no trata de lo que Dios puede hacer por ti. El evangelio es acerca de Dios: conocerlo, glorificarlo, morar con él y disfrutarlo para siempre. Si Dios te diera la gloria del cielo pero no estuviera allí, Dios te estaría dando el infierno. Fuiste hecho para glorificar a Dios y disfrutar de Él para siempre, y todo lo que no sea eso es muerte.