La unción con aceite era un símbolo del ministerio del Espíritu Santo; véase, por ejemplo, lo que sucedió inmediatamente después de que David fuera ungido con aceite como rey: “y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David” (1 Sam. 16:13). Que los sacerdotes fueran ungidos con aceite significaba que el Espíritu Santo mismo participaría activamente en la santificación de su ministerio.