Cuando inevitablemente nos enfrentemos a nuestras propias situaciones difíciles, recordemos que Jehová es el Dios que puede hacer retroceder a ejércitos enteros con facilidad, y que incluso resucitó a Jesucristo de entre los muertos. Entonces, ya que no somos más que mendigos que han tropezado con riquezas inimaginables, contemos a todo el mundo lo que Dios nos ha dado en Cristo.
No importa el sufrimiento al que nos enfrentemos, alegrémonos, porque este día es un día de Evangelio.