Jehová enviará más tarde a otro sacerdote para mediar e interceder por nosotros ante Dios, un sacerdote que tampoco podía reivindicar a Aarón como su antepasado. Este sacerdote procede del orden de Melquisedec (Génesis 14; Salmo 110:4; Hebreos 7). Además, leemos que, mediante su sacerdocio perfecto, este sacerdote ha hecho de todo su pueblo un sacerdocio santo (1 Pe. 2:5; Ap. 1:6).
En Cristo, no sólo has sido bendecido por el cumplimiento de la promesa de Jehová en 1 Samuel 2:35, sino que también eres el cumplimiento de esa profecía.