El versículo clave del capítulo 17 -y por tanto un versículo crítico para entender la teología bíblica- es Levítico 17:11: “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” Jehová ya había revelado en el pacto de Noé (Gn. 9:4) que la vida de un animal estaba en su sangre, pero aquí Jehová revela algo más: es la sangre la que hace expiación por la vida. Es la naturaleza sagrada de la sangre lo que sustenta la teología bíblica de la expiación, es decir, pagar el rescate de una vida derramando la sangre de otra vida.